RESEÑA

 

 

 

 

Reseña de

CIUDAD DE POBRES CORAZONES

 

Marcelo Sain (2023). Ciudad de pobres corazones. Estado, crimen y violencia narco en Rosario. Prohistoria ediciones. pp.184. ISBN 978-987-809-051-1

 

FACUNDO MORALES*

Instituto Universitario

de la Policía Federal Argentina (IUPFA), Argentina facundo_morales1@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0005-5363-4562

 

 

 

 

 

La Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, se encuentra en el centro de la escena nacional en materia de Seguridad desde comienzos del siglo XXI debido al alto nivel de violencia que presenta, el cual se evidencia en la cantidad de homicidios, heridos por arma de fuego y cantidad de armas incautadas que registra mensualmente. En Ciudad de pobres corazones…, el libro que reseñamos, Marcelo Sain se pregunta: “¿Por qué en Rosario el entramado narco se produce y reproduce a través de la violencia letal que es favorecida por un Estado cómplice?” (p. 15), y esta interrogación no puede ser más oportuna, no solo porque da cuenta de una situación actual, sino también porque se encarga de desarrollar una temática que en nuestro país está muy poco elaborada. Nos referimos al surgimiento y desarrollo de la criminalidad organizada y su relación con actores estatales.

El autor explicita muy claramente su hipótesis al decir que “sin potestad estatal –legal e ilegal– y sin un gobierno criminal dominante, la violencia caracterizó el juego en torno del negocio económico más rentable y de mayor crecimiento de la ciudad: la venta de drogas” (p. 19). De esta manera, entendemos que este trabajo se inscribe en la familia de estudios que refieren   a la colusión, pero con una particularidad propia de este caso: existe una fusión entre actores criminales y estatales que lleva muchas veces a que los segundos sean empleados o socios de los primeros y no al revés.

 

 

 

 

 

Para llevar a cabo esta investigación, de corte cualitativo, se tuvieron en cuenta distintos documentos oficiales, entre ellos causas judiciales, notas periodísticas y entrevistas con distintas fuentes, lo que hace que el lector, a lo largo del libro, tenga un panorama muy claro y bien fundamentado sobre los extremos que desea resaltar el autor. En este punto es destacable la metodología utilizada, pues no hay gran número de trabajos en nuestro medio que investiguen la temática de esta forma y con este acceso a fuentes.

El libro posee un prólogo, una introducción y cuatro capítulos que a continuación reseñaremos. Ya desde la introducción de la obra afirma que el problema en la ciudad no es el crimen sino el Estado o, más precisamente, sectores que se apropiaron de él. Adicionalmente sostiene que el abordaje estatal que se realizó a nivel nacional nunca tuvo por objeto su conjuración, sino más bien convertirlo en “un asunto políticamente tolerable”, algo que en el caso bajo estudio no sucedió.

En el primer capítulo, “Narcotráfico, regulación y violencia: notas conceptuales”, presenta el marco teórico que utilizó en su investigación. Al respecto podemos decir que este encuadre demarca todo un recorrido de la relación entre Estado y crimen, sobre la criminalidad organizada, la fenomenología de la violencia del narcotráfico y la regulación estatal del delito. En resumen, resulta muy consistente con el desarrollo posterior. Un punto relevante es la utilización para dicho abordaje de autores que en su mayoría refieren a contextos latinoamericanos que, teniendo muy presente las diferencias entre países, pueden brindar un buen acercamiento a la realidad que vivimos.

El plexo de conceptualizaciones que brinda tiene como centro aportes que dan cuenta del vínculo entre la configuración político institucional del Estado y su intervención sobre la criminalidad en la violencia y el delito organizado. Sin dudas, el elemento fundante de la construcción epistemológica del libro es una visión weberiana del Estado que se pone en tensión con el desarrollo de los capítulos, como referiremos más adelante en esta reseña.

En el segundo capítulo, “El quiebre de la regulación estatal”, se explica de qué forma en esa ciudad se pasó de un delito gobernado por el Estado, a uno en el que los narcotraficantes no están subordinados, sino más bien son socios o empleadores de sectores de las Fuerzas de Seguridad, la Justicia y del poder político. El autor plantea con énfasis su caracterización del Estado como poseedor de una cohesión institucional extremadamente baja.

El autor explica cómo funcionaba el negocio del narcotráfico en la ciudad cuando era gestionado por la policía con la aquiescencia de sectores del Poder Judicial y de la política. En este marco, aparecen personajes del hampa, como Jorge Halford, que no se encuentran presentes en la narrativa cotidiana sobre la criminalidad en Rosario.

Sain caracteriza de qué manera el denominado “doble pacto”, que, a principios de los 2000, autores como Binder y él mismo,[1] señalaban que existía en nuestro país, pero que se rompió en Rosario, dando paso a una reconfiguración del narcotráfico. Para esto, explica el surgimiento de la organización criminal denominada “Los Monos”, su expansión y cómo se fue dando la decisión político-institucional de perseguirlos penalmente. En paralelo, se narra el surgimiento del “Clan Alvarado” y se explicita qué sectores de la política y del Poder Judicial buscaron favorecer a este último en contra de los primeros.

En el capítulo III, “La fragmentación criminal y la violencia constructiva”, el autor se refiere específicamente al desarrollo de lo que denomina “la violencia constructiva en Rosario”, la cual en su opinión permitió expandir y consolidar las tramas delictivas de la ciudad a partir de la fragmentación criminal. En este punto, hace un pormenorizado análisis de las dos organizaciones criminales más renombradas de Santa Fe, mostrando diferencias y similitudes en la utilización que hacen de la violencia.

Por último, “Rosario siempre estuvo cerca” es el capítulo conclusivo, en él se sostiene que el tipo de violencia criminal que se observa en esta ciudad santafecina no se ve en ninguna otra parte de nuestro país. Y señala que es el único caso de fracaso del “doble pacto” como manera de gestionar la seguridad, y que todo esto se desarrolla en lo que el autor refiere como una “estatalidad estallada”.

En este capítulo, Sain realiza todo un desarrollo con relación a cómo el Estado se volvió funcional al delito a partir de un “bloque de poder” histórico que gobierna y hace negocios económicos legales e ilegales, habiéndose apropiado del sistema político-institucional provincial. La situación antes descripta requiere –en la mirada del autor– la perpetuación de una institucionalidad débil, en sus palabras: “Santa Fe cuenta con un Estado enclenque porque los poderosos se benefician de ello”.

A posteriori, el autor termina con algunas reflexiones en torno a qué políticas se requieren para gerenciar o controlar el delito, que impliquen un Estado fuerte, desarticulando de forma paulatina la regulación ilegal del delito. Para esto, plantea cinco objetivos generales: a) No permitir que los criminales controlen sectores de la política, la justicia y/o la policía; b) que los sectores tradicionales financieros no gerencien dinero ilegal; c) que los narcotraficantes no controlen territorios; d) asegurar la fragmentación de las organizaciones criminales para que no tengan control monopólico del negocio; y e) garantizar la mayor capacidad de represión eficaz ante hechos de violencia.

En suma, el autor brinda una explicación consistente sobre el fenómeno criminal que está viviendo la Ciudad de Rosario, y lo hace a partir de un sólido posicionamiento teórico y con un añadido nada menor como es su experiencia como ex ministro de Seguridad de la Provincia.

La reflexión que surge de este trabajo gira en torno a reconsiderar nuestra comprensión del Estado. ¿Se pueden seguir utilizando conceptualizaciones que lo definen como un todo coherente, dominante en un territorio determinado, con reglas aceptadas por todos? O, por el contrario, ¿es más adecuado reconocer que el Estado está marcado por constantes pujas de poder, donde las instituciones no siempre se expresan de manera uniforme, y que, en definitiva, es un actor más dentro de la sociedad? El debate, sin duda, queda abierto.

 

 

Cita sugerida

Morales, F. (2024). Reseña de Ciudad de pobres corazones, de Marcelo Sain. Minerva. Saber, arte y técnica, 8(2). Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina (IUPFA), pp. 120-123.

 

 

 

* MORALES, FACUNDO

Abogado (UBA). Magister en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social (FLACSO). Docente de la Carrera de Seguridad Ciudadana del IUPFA. El autor es doctor en Ciencias Sociales, profesor universitario, investigador y exministro de Seguridad de la Provincia de Santa Fe.

 

 



[1]  Sain, M. (2008). El Leviatán Azul. Buenos Aires: Siglo XXI; y Binder, A. (s/f). El control de la criminalidad en una sociedad democrática. Ideas para una discusión conceptual. disponible en https://biblioteca. cejamericas.org/bitstream/hand- le/2015/1856/controldecriminali- dad_binder.pdf?sequence=1